domingo, 16 de diciembre de 2012

#Poema27

Hace 85 años tenía lugar en Sevilla la conmemoración del tercer centenario de la muerte de Góngora. Este acto, que reunió a algunas de las figuras más relevantes de la poesía vanguardista, fue el germen de la denominada Generación del 27

Desde hace algunos años, por estas fechas, Toni Solano propone desde su blog (Re)paso de Lengua un homenaje al egregio grupo de poetas. Este año no podía ser menos y, por ello, he decidido unirme con mi particular aportación. También he animado a participar a mis alumnos y creo que algunos lo harán desde sus blogs y otros grabándose recitando el lunes en clase, así que espero poder compartir sus contribuciones a través del blog y de nuestra cuenta de Twitter aún por estrenar oficialmente. Como aperitivo, estos vídeos de poetas del 27 que algunos realizaron en 1º de E.S.O. el año pasado:




En cuanto a mi aportación, para este homenaje he elegido cuatro poemas de cuatro de mis autores preferidos:
  • El primero es el poema Te quiero de Luis Cernuda, seguramente el que más me emociona de los que he seleccionado, con ese poder evocador de sus imágenes a través de una declaración de amor que quiere ir más allá de la muerte y del olvido. Llegué a él a través de Joan Manuel Serrat y su versión adaptada del poema en la canción Más que a nadie, uno de los temas que más me gusta del autor catalán y que forma parte de su disco Sombras de la china. Sin embargo, no supe que se trataba de una versión de un poema de Cernuda hasta que leí Los placeres prohibidos.
  • El segundo es el poema Herido de amor de Federico García Lorca. A este poema también llegué a través de la música, gracias a la versión de Ana Belén (es una composición de Serrat). He acompañado la recitación con una hermosa pieza para guitarra, Recuerdos de la Alhambra de Francisco Tárrega, un compositor de una sensibilidad exquisita, cuya obra me ha acompañado desde pequeño en casa, gracias a las manos de mi padre y a unas cuerdas que encontraban delicada protección en ellas.

  • (Ana Belén)
    (Joan Manuel Serrat)
  • El tercer poema es Mano entregada de Vicente Aleixandre. Lo conocí cuando leí Historia del corazón, un poemario cuya lectura me trae muy buenos recuerdos, pues supuso una experiencia de maduración en mi relación con la poesía. No sé si fue el poema que más me entusiasmó de esta obra, pero repasando algunos de los que tenía marcados como favoritos, es el que más me ha apetecido para el homenaje.
  • Por último, termino con un poema de Pedro Salinas, No quiero que te vayas, al que llegué a través de la lectura de La voz a ti debida, uno de los libros de poemas que más he disfrutado hasta la fecha. El poema elegido me transmitió muchas emociones y lo sentí muy cercano a mi experiencia personal cuando lo leí hace algún verano (creo que fue el mismo verano en que leí Historia del corazón). Ahora al releerlo, me produce distintas sensaciones, pero lo sigo sintiendo tan mío como en aquel momento.


Cernuda, Lorca, Aleixandre y Salinas, cuatro poetas que he elegido porque son los que más leído de esta generación, de la que aún me queda demasiado por conocer, experimentar y aprender. Cuatro poetas que me aportan algo nuevo o remueven algo dentro de mí cada vez que me acerco a su obra. Cuatro poetas por descubrir aun habiendo palpado ya parte de su obra. Cuatro poetas necesarios, imprescindibles. Cuatro poetas a través de cuatro poemas que se han convertido en parte de mi legado, que forman parte de mí porque les he encontrado un sentido en relación con mi experiencia personal. Eso es lo que me gustaría conseguir con mis alumnos: que se acercasen a la poesía desde el corazón, más allá de la métrica y las figuras literarias, disfrutando de cada palabra y encontrándole el sentido en su propia vida, haciendo suyo el poema.

PS: No he incluido ningún poema de Miguel Hernández, que es el poeta por el que yo empecé a descubrir y sentir la poesía (también en parte gracias a Serrat), porque mi cabeza no lo suele asociar directamente a la generación del 27 (quizá influida por mi etapa como estudiante), aunque es innegable su cercanía, pues como dijo Dámaso Alonso fue un "genial epígono" de la misma. No obstante, también aprovecho la ocasión para rendirle homenaje, pues es sin duda el poeta al que siento que más debo, por las razones antes indicadas. Así que cierro esta entrada con una versión musical del poema de las tres heridas (cómo no, también de Serrat), que me hace acordarme inevitablemente de mi madre y mi tía interpretando la versión de Joan Baez en las cálidas reuniones veraniegas con amigos. Aunque la versión familiar sea insuperable, hoy me conformaré con esta también hermosa:


sábado, 13 de octubre de 2012

De las palabras a los hechos

En la primera entrada de septiembre hacía referencia a los preparativos del curso (esos que en realidad se prolongan a lo largo del año entero) y, especialmente, a los de esos primeros días en los que entramos en contacto con alumnos conocidos y desconocidos. En esta entrada ya puedo hablar de lo que hemos hecho en los días de encuentro y reencuentro en mis clases de 1º y 2º.

El grupo de 1º de E.S.O. es el único nuevo por completo que tengo este año. La prudencia que siempre le exige a uno el conocimiento de una clase nueva, formada por alumnos nuevos, me planteó muchas dudas sobre la primera propuesta del curso. Después de darle algunas vueltas, decidí crear una sencilla actividad a partir de otras ideas que había encontrado en la red (como una que pude ver en un vídeo de Leer.es, la cual consiste en un juego en el que se deben contar dos verdades y una mentira sobre uno mismo para que el resto adivine cuál es la proposición falsa). Llamé a la actividad 10 curiosidades sobre mí que no deberíais saber y consiste, sencillamente, en contar diez anécdotas o aficiones de uno mismo e incluir entre ellas una falsa, pero difícil de adivinar. Para que tuviesen un modelo y comprendiesen bien la actividad, empecé contando yo mis diez propias curiosidades (no había explicado nada previamente, así que podéis imaginar las caras que se les pusieron a algunos cuando escribí el título en la pizarra). Compliqué un poco más  de lo previsto el juego, pues en cada curiosidad les daba tres opciones a elegir para completarla, por lo que tenían que adivinar cuál era la correcta (tampoco les dije al principio que una de las proposiciones era falsa, sino que lo hice al final, cuando ya estaban todas escritas, lo cual le dio más emoción al juego). 

Sin duda tuvo más éxito la clase en la que les planteé yo mis diez curiosidades que el desarrollo posterior de la actividad, que completamos utilizando Voki. Esto se debió a que algunos alumnos faltaron a la sesión de grabación y otros no realizaron la tarea. Entre los que sí participaron, los resultados fueron variados (algunos plantearon el mínimo de cinco curiosidades y otros se atrevieron con las diez). En ellos quedaron plasmados muchos errores e inseguridades iniciales, que posiblemente nos servirán a final de curso para reflexionar sobre la evolución de cada uno en cuanto a la escritura y la lectura en voz alta. Los resultados los podéis consultar aquí.

En cuanto a los grupos de 2º, este año han tenido que crear sus propios blogs y, por ello, pensé que la mejor manera de empezar sería redactando sus primeros posts. Como tenía en mente llevar a cabo a lo largo del curso algunas actividades del proyecto La lengua y yo de Lourdes Domenech, me pareció una buena forma de estrenar los blogs realizar la actividad de los antropónimos y mezclarla con la propuesta de los acrósticos de Inés Andrés. Así, la entrada que debían redactar consistía en presentarse primero a través del texto sobre su antropónimo para terminar con un acróstico sobre sus gustos, manera de ser, costumbres...

Los resultados han sido de lo más variopinto. Tristemente, no pudimos dedicar mucho tiempo a los acrósticos, por lo cual la mayoría de alumnos no ha sabido respetar las pautas sobre la medida y la rima de los versos que les había dado. En cualquier caso, ha habido buenos resultados, algunos más esperados que otros, que me han sorprendido para bien. Aquí os dejo algunos de ellos: 1, 23, 4 y 5. Del primero que comparto os recomiendo también que le echéis un vistazo a la entrada voluntaria que ha escrito sobre sus pueblos porque merece realmente la pena. Además, la entrada de Wikipedia sobre Villasecino que enlaza en su blog también es suya. Es brillante.

PS: Todos los blogs que han creado mis alumnos, que incluyen la entrada de los nombres, los podéis consultar en nuestro blog de aula, en un gadget que aparece a la derecha.

martes, 25 de septiembre de 2012

Leer para comprender

Así se titula un fantástico libro de Víctor Moreno, perteneciente a una serie de obras sobre competencia lectora editadas por el Gobierno navarro. Se trata de un texto dirigido principalmente a docentes (de todas las áreas, sin distingos), aunque su lectura es perfectamente asequible a todo aquel que busque ampliar sus conocimientos sobre comprensión lectora y, sobre todo, aprender sobre diversos modos de afrontarla de manera eficaz.  

Llegué a esta lectura un poco por casualidad, buscando material en la red sobre la temática ya referida. Como lo encontré en mitad del curso escolar y sabía que no iba a poder hincarle el diente hasta el verano, guardé el archivo pdf en mi abarrotada carpeta de documentos pendientes de leer y utilizar. Me fascina leer libros pedagógicos (siempre que tengan un planteamiento ameno), sobre todo de didáctica de la lengua y la literatura y, durante el curso, salvo algunas relecturas de fragmentos de obras ya conocidas, apenas saco tiempo para otras publicaciones didácticas en papel (bastante tengo con encontrar algo de tiempo para dedicar a mis lecturas literarias), si bien es cierto que la red me nutre lo suficiente en este sentido. Por ello, la época estival resulta la ideal para dedicar algún tiempo a este tipo de trabajos y, así, este verano, además de con otras como Describir el escribir, he disfrutado aprendiendo y tomando nota de Leer para comprender, de Víctor Moreno, un autor del que ya tenía referencias por otra obra sobre educación literaria coordinada por Carlos Lomas (la de la imagen que sigue).


La obra de Moreno es extraordinaria por la cantidad de recursos que aporta. No se limita a esbozar ideas, problema habitual en muchas obras didácticas, sino que concreta sus planteamientos en propuestas muy claras que van de las diferentes maneras como se puede enfocar la lectura, siempre con un objetivo (leer para predecir, para averiguar, para resumir, para pensar en voz alta...), a las diversas actividades que se pueden realizar para fomentar la comprensión escrita (reconstrucción textual, juegos con el léxico, análisis y síntesis...). Una diversidad de tareas que el autor considera imprescindible para no automatizar la comprensión lectora y convertirla en un proceso monocorde y rutinario que acabe impidiendo la consecución de sus propósitos.

La riqueza de la obra no se restringe, no obstante, a su amplia propuesta de actividades, sino que pone a nuestra disposición numerosos ejemplos resueltos (perfectamente trasladables a nuestras aulas) y una gran cantidad de textos de utilidad que recogen diversas modalidades y géneros discursivos. Especialmente interesantes resultan las transcodificaciones textuales que el autor plantea y ejemplifica. Se trata de transformar en un nuevo texto los conocimientos adquiridos a partir de la lectura de otro u otros textos, utilizando a tal fin un código expresivo distinto del original. De esta forma, la escritura se convierte en un elemento clave para la propia comprensión lectora, pues sin entender el texto o textos originales resultará complicado realizar una buena transcodificación.

Sin embargo, a pesar de todo lo anterior, considero que el principal reclamo del libro es el fin que persigue el autor, que no pretende que su trabajo quede relegado a la lectura de profesores de lengua y literatura, sino que hace hincapié del principio al final en la imperiosa necesidad de plantear la comprensión lectora como un objetivo común a todos los docentes de todas las áreas, que no deberían seguir dejando esta competencia desterrada de sus clases. A fin de cuentas, la lengua es el código utilizado por el resto de materias para la transmisión y construcción de conocimientos y no fomentar el desarrollo competencial del alumnado en este sentido es un error que muchos acaban pagando caro.

Además, el autor navarro también toca otro talón de Aquiles de nuestro sistema educativo: el predominio del verbalismo docente en las aulas (algo que choca frontalmente con las teorías pedagógicas punteras desde hace demasiado tiempo). Resulta uno de los puntos fundamentales de la obra, pues se insiste en las ventajas que puede traer reducir al menos a la mitad ese defecto profesional de quienes se dedican a la enseñanza y ceder en ese tiempo el protagonismo al alumnado. Se trata, en definitiva, de limitar una práctica que, precisamente, pone en serias dificultades la capacidad de comprensión de los alumnos, ya que difícilmente construirán de tal forma su propio conocimiento.

Así, leer el texto de Moreno puede ayudar a cambiar el pensamiento de muchos que consideran que por bajar la nota en los exámenes por faltas de ortografía ya están realizando una gran contribución al desarrollo lingüístico de los alumnos, cuando no hacen más que quedarse en lo superficial (esto también ocurre mucho en el área de Lengua), o de otros muchos que, a pesar de preguntarse una y otra vez por qué los alumnos olvidan lo que aprenden (o dicho de forma palmaria, lo que realmente no han aprendido), están plenamente satisfechos con su labor porque han explicado todo una y otra vez o han visto todo el temario y han hecho todo lo que estaba en sus manos. 

En resumidas cuentas, contra todas esas ideas tan arraigadas, se puede encontrar un pequeño bálsamo en Leer para comprender, que enfrenta el mito de que la comprensión lectora, así como la expresión escrita, son patrimonio del área de las lenguas, e incide en la necesidad de un planteamiento interdisciplinar, pues desde una sola materia se pueden conseguir pequeños logros pero no se puede evitar que sean infinitas las posibilidades de desarrollo del alumnado que se echan por tierra. Una obra, la de Víctor Moreno, muy recomendable para el Máster de Formación de Profesorado en cualquiera de sus ramas y que no debería encontrar entre sus lectores exclusivamente profesores de Lengua castellana y literatura (como estoy casi convencido de que sucede en la realidad). Muchos docentes de Sociales, Matemáticas o Física, entre otras, se sorprenderían de  posibilidades didácticas a su alcance (incluso utilizando los libros de texto) que quizá nunca llegarán a plantearse si no le dan una oportunidad a obras como esta. Y es que cuando algunos decimos que nuestro código verbal no es únicamente cosa de los profes de Lengua, no hablamos solo de ortografía.


PS: Se me olvidaba señalar otra gran ventaja de esta obra: es gratuita.

lunes, 10 de septiembre de 2012

Preparativos...

Como ya temía cuando me embarqué en esta travesía bloguera, me cuesta horrores encontrar algún hueco para escribir aquí. Llevaba con la idea desde el primer domingo de mes, justo antes de la vuelta al cole, pero los preparativos académicos del curso que va a comenzar, como ya sospechaba que iba a suceder, me han tenido y me tienen totalmente absorbido. De hecho, prefiero no pensar que el miércoles empiezo ya con mis chicas y chicos (aunque a la vez me muera de ganas), más que nada por la cantidad de material que aún me queda por preparar para este comienzo. En todo caso, quizá por miedo a que este proyecto que tanta ilusión me hace caiga en saco roto casi al poco de nacer, me he decidido a elaborar esta primera entrada del curso 2012-2013, en la que hablaré de lo que han sido y están siendo los preparativos de esta nueva aventura.

Durante la primera semana de trabajo me he estado dedicando a renovar mis dos blogs de aula de Lengua castellana y literatura (lo cual me ha impedido centrarme demasiado en la programación de las clases). Hasta ahora estos espacios se limitaban a las entradas y las etiquetas, pero conociendo los excelentes blogs que circulan por la red, no podía dejar pasar la oportunidad de actualizarlos y mejorarlos. No he dudado en tomar ideas de otros profesores (e incluso copiar algunas directamente) tanto para el diseño del blog como para los contenidos puestos a disposición de los alumnos. Espero que Inés Andrés, Alberto García, Silvia González, Lourdes Domenech, Aitor Lázpita, Antonio Solano o José Hernández, entre otros y otras, acepten de buen grado mi apropiación de algunas de sus ideas para mis blogs y tengan a bien recibir mi gratitud por su generosidad.

Sin embargo, los preparativos para este curso no han comenzado ahora en septiembre con esto que cuento de los blogs, sino que vienen del mes de julio, cuando estuve nutriéndome de excelentes ideas de otros profesores y organizando el planteamiento general del curso a la vez que iba esbozando propuestas de tareas y proyectos que podrían salir adelante este curso. Luego, en agosto, aunque fue un mes de mayor desconexión, relajación y ociosidad, no dejé del todo la labor formativa y empecé a saldar una cuenta pendiente desde que se inició el curso anterior: la de la literatura juvenil. Tenía (y aún tengo) una carencia importante a este respecto, pues en los últimos años no he sido muy asiduo a este tipo de literatura, como tampoco lo fui en los años en los que me correspondía por edad (pero de mis gustos literarios y el origen de mi afición a la lectura ya hablaré en otro post). De ahí que haya sido un placer haberme empapado de tantos libros de los que oía hablar a otros profes, pero que yo aún no había disfrutado: Abdel, Rebeldes, Pomelo y limón, El medallón perdido, El retrato de Carlota, Cuando Hitler robó el conejo rosa, Manzanas Rojas, Todos los detectives se llaman Flanagan... Especialmente impresionado me han dejado El señor de las moscas y Balzac y la joven costurera china, obras que ya se apartan más de la etiqueta de literatura juvenil, pero que son recomendables para alumnos con un cierto hábito, unos ciertos gustos y una cierta madurez (para mis primeros y segundos no las contemplo aún). En cualquier caso, lo que me interesa es haberme iniciado en condiciones en este terreno y poder empezar a recomendar a mis alumnos lecturas con conocimiento de causa. Además, espero poder llevar al aula como lectura del curso alguna de las obras por las que me he paseado este verano.

Por otra parte, en lo que concierne a los preparativos de las primeras clases, debo reconocer que aún no tengo del todo claro cómo y con qué voy a empezar. Son muchas las ideas que rondan mi cabeza, pero aún no me acabo de decantar por ninguna (ya daré cuentas más adelante de aquello por lo que haya optado al final). Sin embargo, he de reconocer que probablemente no le habría dado más importancia al cómo empezar, de no haber sido por la lectura de una excelente entrada en el blog de Inés Andrés. En mi primer año como docente no me había planteado la importancia que podía tener ese primer contacto didáctico con los alumnos (evidentemente sí era consciente de la importancia del primer contacto personal con ellos), pero gracias a la aportación de esta profesora, me he dado cuenta de que puede ser muy beneficioso para la marcha de la clase empezar con alguna actividad de presentación que no se limite al típico momento de preguntar los nombres a los alumnos y, a lo sumo, pedirles que digan un par de cosas sobre ellos a los demás. Por ello, trataré de llevar a cabo alguna actividad que pueda resultar motivadora y empezar a engancharles a la asignatura desde el principio. 

Como se puede inferir de todo lo anterior, me gusta mi trabajo (me apasiona) y me siento afortunado de poder ejercerlo y, por ello, empiezo el curso cargado de ilusión y con muchos propósitos. Podría ponerme a enumerarlos aquí, pero desde que los profes hemos vuelto al tajo no he parado de leer ya buenas intenciones para este curso y me parece inútil elaborar una lista propia habiéndome topado con una presentación tan magnífica como la de Aitor Lázpita, que resume a la perfección esos propósitos que algunos docentes tenemos (aunque seguramente no lo habríamos sabido traducir tan bien en palabras) y que, yo, en la medida de mis posibilidades, también querría aplicarme en este nuevo curso. Por ello, me ahorro elaborar mi propia lista y suscribo la de este profe:


Para despedir esta entrada y en relación con lo anterior, hago mía una cita del último libro que estoy leyendo (al que también he llegado a través de la innumerable lista de libros recomendables para jóvenes de que dispongo), El otro barrio, de Elvira Lindo, que transmite (la cita), al fin y al cabo, una manera de entender la enseñanza con la que me siento identificado: la de no encasillar ni etiquetar, más allá de las conductas comunes en muchos adolescentes, la de tratar de conocer a cada alumno, la de aprender con cada uno de ellos.

"Uno piensa que se puede hacer una clasificación de las personas por el comportamiento. Los psicólogos lo hacen y recomiendan tal trato o tal actitud con cierto chaval. Pero él sabe que no. Lo único que le dice la experiencia es que los actos se repiten pero las personas no. Uno tiene que aprender con cada chico que llega al centro como si no supiera nada.

Esto último es lo que espero conseguir este curso.

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PS: Desde aquí quiero aprovechar también para transmitir mi apoyo y mucho ánimo a extraordinarios docentes de la talla de la mencionada Inés Andrés, María José Chordá o Alberto García, que, entre muchos otros, aún no saben si podrán ejercer su profesión este curso. Es lamentable que un país como este se permita prescindir de docentes como ellos, que hacen tanto por la educación, que son tan generosos y de los que se aprende tanto (y digo todo esto sin conocerlos personalmente, me basta conocer su trabajo compartido en la red y haber mejorado mi formación con sus aportaciones para saber que son de los que hacen mucha falta en nuestras aulas). Solo espero que pronto haya un grupo de alumnos que se puedan beneficiar de vuestra labor. ¡Suerte!

domingo, 22 de julio de 2012

Leer y kontar

Escribo esta breve entrada para cerrar el blog por "vacaciones" hasta septiembre ("vacaciones" entre comillas porque dedicaré buena parte de mi tiempo a formarme y preparar materiales para el curso que viene). Lo hago, entre otras cosas (como el descanso), porque en el lugar donde paso gran parte de mi tiempo estival no dispongo de acceso a Internet (a veces resulta muy sana esta opción y uno cuenta con más ratos para formarse y recrearse a través de la hoja de papel, impresa con palabras de Cassany, Cervantes o Millás, entre otros) y solo cuando me acerco al pueblo de al lado o hago una visita a mi León natal puedo sacar provecho de la inmensidad de la red, por ejemplo, leyendo blogs como De Farfanías de Silvia González y su alumnado del IES Sierra de Leyre de Sangüesa (blog del curso 2010-2011 con el que estoy flipando), asistiendo tardíamente a edificantes encuentros como el del Quijote sincopado, de Toni Solano y Daniel García, o recibiendo por estos lares la visita de algún maestro que me descubrió otra forma de entender la enseñanza y que resiste en la trinchera de la educación, esa en la que las únicas armas son las palabras, la que tiene como patrimonio al ser humano (hablo de Maxi de Diego y recomiendo con ahínco su obra teatraldestinada a remover conciencias, sobre todo juveniles, y, por supuesto, a entretener). 

Como señalaba al principio, escribo esta sucinta entrada (aunque ya ha dejado de serlo, pero la intención es lo que cuenta, según dicen algunos sabios) para echar el cierre a este blog hasta que el laborioso y laborable septiembre regrese con las pilas cargadas para darnos guerra a los que tenemos la suerte de trabajar en esta España con la soga al cuello, en la que muchos curramos (otros buscan curro) como nunca y somos menospreciados como (casi) siempre. Por suerte, yo me encontraré con otra España allá a mediados del noveno mes, esa que tiene en sus manos lograr que este país abandone algún día su mediocridad y sus fantasmas ancestrales, esa donde aún se puede (y se tiene que) ser optimista, por mucho que para ella también pinten bastos: la España de las escuelas. 

Precisamente con esa España me despido para dejar buen sabor de boca, como el que me ha quedado a mí al ver a mis alumnos en este magnífico proyecto de fomento de la lectura conocido como Kuentalibros, que un grupo de intrépidos docentes se atrevió a poner en marcha hace no mucho tiempo y que está dando unos frutos exquisitos. Os dejo, como es de esperar, con los míos, a ver si os animan a degustar este verano alguna de las lecturas que proponen (cuando escribo esta entrada, aún faltan un par de recomendaciones de mis alumnos por publicarse, que tampoco debéis perderos).


¡Feliz verano!


(Foto de uno de mis parajes favoritos, mi lugar de reposo veraniego, allá por donde pasa el últimamente sediento río Curueño)

domingo, 8 de julio de 2012

Noticias insólitas

Una de las secuencias didácticas que más éxito ha tenido entre mis alumnos de 1º de la ESO este curso ha sido la dedicada a la prensa y, en concreto, a la noticia. No resultó muy complicado que los alumnos se enganchasen a la actividad, a pesar de que en un primer momento muy pocos parecían familiarizados con este medio de comunicación. 

El planteamiento de la actividad fue bastante sencillo (tomé como referencia la propuesta de Alberto G.). Centramos el trabajo en la prensa digital, de manera que lo primero que hicimos, tras comentar brevemente la introducción que hacía el libro de texto, fue entrar en las webs de diversos periódicos digitales y observar algunos aspectos generales, rasgos en común y diferencias entre ellos. Seguidamente, cada pareja de alumnos eligió una noticia que le llamase la atención y la abrió para comentarla con el resto y comparar las semejanzas y diferencias. Así, analizamos la estructura de las noticias. Después, cada pareja debía buscar la respuesta a las seis preguntas básicas. Para reforzar lo visto en clase, debían buscar por su cuenta una noticia, esta vez en la prensa escrita, y pegarla en el cuaderno señalando sus partes y respondiendo a las 6W. 

En la siguiente sesión, llevé al aula una divertida noticia que había visto en el blog de Toni Solano (que realizaba una propuesta diferente y, por cierto, muy interesante) y tras realizar un breve análisis y comentar algunos aspectos relacionados con la cohesión del texto, propuse a los alumnos realizar sus propias noticias insólitas (leímos algunos otros ejemplos, incluso alguna extraída de El Mundo Today). Para ello, podían partir de una noticia real o podían inventar por completo la información. Después, les marqué las pautas que debían seguir para elaborar su texto. Al final de la clase, compartimos y valoramos las primeras propuestas de titulares y entradillas. Dedicamos la siguiente sesión a la escritura en el aula. Centramos la última parte de esta clase en la coevaluación de los escritos entre los grupos de trabajo, con el fin de poder ayudarse entre ellos a mejorar sus textos. Para ello, les proporcioné una plantilla que había elaborado tomando como modelo una propuesta de Sánchez-Enciso para la coevaluación de artículos de opinión en su obra (Con)vivir en la palabra.

Finalmente, pasamos las noticias a ordenador para crear nuestro noticiero digital. Después, realicé una revisión de todas y se las devolví con indicaciones para su mejora. Realizaron las modificaciones también en horario lectivo, aunque no se dedicó ya una clase entera para este último aspecto. Aquí podéis comprobar los resultados.


Como propuesta final, se me ocurrió que podían transformar esos noticieros escritos en un telediario. Si bien no tuvimos tiempo para trabajar las diferencias entre la noticia escrita y oral (y por ello los resultados fueron muy variados a la hora de transformar el texto escrito en informativo televisivo), la actividad les resultó muy divertida y motivadora y, según comentaron después algunos de ellos, les ayudó a valorar la dificultad de presentar las noticias, pero también les sirvió para afrontar su miedo a la cámara y la expresión en voz alta (en ello influyó también el hecho de que expusiesen por parejas o grupos de tres). Os dejo el enlace al vídeo para que podáis ver los resultados (lamentablemente, la calidad del vídeo y del audio no es muy buena y en algunos casos resulta muy complicado comprender las noticias). Como veréis, en el vídeo se incluye un anuncio de unas alumnas. Salió de ellas la propuesta y se quedaron en un recreo a grabar. También otros alumnos que no pudieron grabar su noticia en clase porque faltaba uno de ellos se quisieron quedar en un recreo a grabarla (para que luego digan que los alumnos no tienen interés por nada académico).

jueves, 28 de junio de 2012

Conociendo a Jardiel Poncela

En la segunda evaluación de este curso teníamos programada la lectura de Cuatro corazones con freno y marcha atrás de Jardiel Poncela. La lectura de esta obra llegaba en un momento del curso en el que yo estaba empezando a apostar por el cambio y a introducir paulatinamente las TIC en el aula. Por ello, me pareció oportuno organizar una secuencia didáctica con actividades variadas para trabajar la obra. Aunque quizá el orden de las actividades y la temporalización serían dignos de mejora (de la experiencia se va aprendiendo), el trabajo que llevamos a cabo a partir de esta pieza teatral resultó bastante motivador para los alumnos.

Comenzamos la secuencia introduciendo el género en cuestión a través de la lectura de diferentes fragmentos que abarcaban los principales subgéneros teatrales y que variaban entre el monólogo y el diálogo. Aunque esta primera sesión se centró en la lectura y disfrute de los textos, cuando terminábamos de leer cada uno, realizábamos breves comentarios para centrar la atención en algunos aspectos, sobre todo formales.

Tras esta introducción al género, continuamos con una lectura dramatizada de Cuatro corazones... que llevamos a cabo en varias sesiones consecutivas (me ha resultado llamativo que la lectura dramatizada de las obras teatrales, tanto en 1º como en 2º, haya sido valorada por muchos alumnos como su actividad favorita del curso). Después, para afianzar la comprensión del texto, vimos en clase la adaptación de la comedia realizada para Estudio 1 de TVE. 

Antes de haber leído la obra y haber visto la adaptación televisiva, había presentado a los alumnos en el blog de aula el guión del trabajo que debían llevar a cabo por grupos de tres personas (http://enpiedelengua2.blogspot.com.es/search/label/Teatro). Para la creación del mismo tomé varias ideas de la propuesta de Lourdes Domenech para trabajar la obra Bajarse al moro. He de decir que, no sé muy bien si por falta de hábito o por errores en el planteamiento, los alumnos encontraron dificultades para trabajar bien algunos de los apartados, si bien aquellos que requerían más imaginación y creatividad resultaron bastante o muy satisfactorios en la mayoría de los casos. 

Por otra parte, quiero destacar el apartado que se centraba en los celuloides rancios o cómicos, pues seguramente sea el más original del trabajo. Mientras leía la biografía de Jardiel que aparecía en la edición de Cuatro corazones... de Vicens Vives, descubrí una faceta para mí todavía desconocida del autor madrileño y se me ocurrió que podría dar juego para trabajarla en el aula (me refiero, lógicamente, a los celuloides). Así, me puse a investigar en la red hasta dar con la siguiente joya cinematográfica con la voz del propio escritor. 


Se la puse en clase a los alumnos y después comentamos su relación con muchos vídeos de humor que se realizan desde hace años en la televisión española y en la red. A casi todos se les iban ocurriendo ejemplos de celuloides modernos. 

Finalmente, eran ellos quienes debían llevar a cabo sus propios celuloides. Optamos por utilizar el vídeo original y crear nuestras propias cartas, lo cual nos sirvió también para repasar de manera práctica los registros lingüísticos que habíamos visto en la 1ª evaluación.


Se me ocurren muchas otras posibilidades para trabajar el tema de los celuloides rancios y espero poder ponerlas en práctica en futuras ocasiones, pues creo que es una actividad que, bien planteada, puede ser muy motivadora y divertida para los alumnos y muy enriquecedora para trabajar algunos objetivos curriculares.

Por último, me gustaría compartir también otras aportaciones de los alumnos en esta secuencia didáctica:
  • Escritura teatral (final alternativo para la obra Cuatro corazones con freno y marcha atrás):


  • (Música: Danza del Terror, de Manuel de Falla)

  • Coloquios sobre las ventajas y desventajas de la vida eterna y la vida al revés ("descumplir años" a lo Benjamin Button):
  • Opiniones sobre la temática de la obra:


  • (Música: Humoresque, de  Antonín Dvořák)

  • Las aportaciones de otros alumnos en nuestro blog de 2º

miércoles, 27 de junio de 2012

La poesía: una experiencia motivadora

En la tercera evaluación del curso recién terminado nos tocaba trabajar la poesía. La verdad es que en un primer momento no se me ocurría cómo poder introducir este contenido en un grupo de alumnos que ya a principio de curso había expresado su aversión a este género cuando empezamos a hablar sobre las diferentes manifestaciones literarias. De hecho, tuve que comenzar presentando la poesía como "un contenido que casi todos rechazaban por miedo y, en el caso de la mayoría de los chicos, incluso por considerarlo algo poco masculino" y enseguida supieron lo que íbamos a trabajar.

Fue en esa primera sesión cuando les expliqué la tarea que íbamos a llevar a cabo y todo lo que iba a implicar y sus caras y expresiones fueron, nunca mejor dicho, un auténtico poema. Se trataba de realizar su propio montaje de vídeo poético en el que mezclarían imagen, música y recitado. Pensé entonces, al observar sus reacciones, que lo iba a tener realmente crudo con este tema. No paraba de darle vueltas a la cabeza pensando cómo conseguían motivar a sus alumnos en la materia poética otros de los profes a los que había leído en la blogosfera. Sin embargo, y a pesar de que estoy seguro de que habría muchos aspectos que revisar y mejorar en la manera de abordar este contenido, la evolución de la secuencia didáctica que realizamos sobre poesía fue de lo más sorprendente (para bien). No sé muy bien cómo, pero poco a poco los alumnos se fueron motivando, hasta el punto de que uno de los grupos de compensatoria pidió a su profesora unirse a nuestro grupo en esta tarea y trabajamos juntos.

Me gustaría destacar que esta actividad consiguió implicar en la poesía a todo el alumnado, si bien es cierto que sospecho que su idilio con este género literario, por el momento, ha durado lo que las sesiones dedicadas a él en clase (aunque tampoco puedo saber a ciencia cierta si algún alumno o alumna se ha animado a leer algo más de poesía a partir de estas sesiones). Sin embargo, uno de los aspectos más positivos es que este proyecto consiguió que alumnos que normalmente tienen serias dificultades en la asignatura realizasen muy buenos trabajos, se motivasen, se sintiesen orgullosos y obtuviesen notas a las que no están habituados, es decir, que el planteamiento de la tarea también logró que las diferencias que en otras ocasiones se muestran de forma palmaria pasasen desapercibidas en esta ocasión.

Una buena muestra de la implicación y la motivación del alumnado en esta tarea fue su valoración de la misma en una encuesta que realicé a final de curso sobre la asignatura y la manera de impartirla. En ella se incluían cuestiones para puntuar las actividades y proyectos realizados a lo largo del año. En la siguiente tabla se puede comprobar la visión de los alumnos sobre esta tarea.
Además, en una pregunta de respuesta libre que pedía que se eligiese la actividad del curso que más les había gustado explicando el porqué, un 25% del alumnado se decantó por esta (algunos eligiéndola en solitario y otros seleccionándola como la mejor junto a otra). A continuación, os copio algunas de sus valoraciones: "Los videopoemas, porque me ha resultado muy interesante esa forma de practicar la poesía y me encantan los trabajos en los que tenemos que usar herramientas informáticas"; "Los videopoemas, porque ha sido una experiencia que nunca había realizado y porque me parece interesante hacer un trabajo con un programa informático"; "Los vídeopoemas debido a que está bien saber relacionar imágenes con palabras"; "hacer el vídeo de un poema, ya que me divertí con mi grupo"; "los videopoemas, ya que debíamos montar nuestro vídeo como los productores de cine".

Por otra parte, cabe destacar que los alumnos tuvieron la opción de realizar actividades voluntarias relacionadas con la poesía. Algunos se animaron a decorar sus cuadernos con algún caligrama y otros optaron por memorizar los poemas y recitarlos ante la clase e incluso se dejaron grabar recitando para luego compartir los vídeos en el blog: http://enpiedelengua1.blogspot.com.es/2012/05/recitacion-poetica.html


¿Cómo se desarrolló la secuencia didáctica?
En la primera sesión, introdujimos la poesía con el vídeo en clave de humor compartido en YouTube por el IES Bovalar y con un fragmento de El club de los poetas muertos que llamó bastante su atención y suscitó reacciones de lo más variopintas. Después, además de explicar todo lo que íbamos a hacer a lo largo de nuestras sesiones poéticas, leímos algunos versos, escuchamos un par de versiones musicales de poemas conocidos y vimos algún vídeo que mezclaba imagen, música y recitación, lo cual les sirvió como modelo de lo que deberían hacer más adelante. http://enpiedelengua1.blogspot.com.es/2012/04/no-temais-son-solo-versos.html

En la siguiente sesión, dedicamos la primera parte de la clase, trabajando por parejas, a la selección de poemas de una antología que preparé a partir de poemas extraídos de diferentes páginas. La segunda parte fue para la recitación en voz alta de los poemas que habían elegido previamente. Aprovechamos esta actividad para realizar una primera evaluación de la recitación a partir de una rúbrica creada para la ocasión e inspirada en otras compartidas en la red por Lourdes Domenech y Antonio Solano. También yo iba haciendo indicaciones a quienes recitaban de cara a la mejora para las siguientes sesiones. Por otra parte, al haber seleccionado ya cada grupo el poema con el que querían trabajar, se les pidió buscar en casa imágenes relacionadas con el contenido del poema que les pudiesen servir para crear el vídeo, así como elegir la música de fondo para el mismo.

En la tercera sesión, realizamos una pequeña introducción a algunos conceptos de métrica básicos y al comentario de algunos poemas que respondían a diferentes estructuras, centrándonos principalmente en lo que les sugerían. Dedicamos la mayor parte del tiempo al comentario del poema Estados de ánimo de Benedetti, del que surgieron interesantes interpretaciones. La intención era que esta sesión también les pudiese servir de ayuda para la búsqueda de las imágenes relacionadas con los poemas que habían seleccionado para sus vídeos. Por último, debían realizar en casa una propuesta de escritura poética por imitación a partir del mencionado poema del uruguayo. A esta actividad no pudimos dedicarle luego más tiempo, por lo que los resultados fueron muy variados. Hubo alguna propuesta muy interesante en cuanto a las imágenes que se sugerían, pero en general sus escritos presentaban muchas carencias por la falta de una revisión y una mayor dedicación en clase.

En la siguiente sesión volvimos al tema de la recitación, en este caso para realizar las grabaciones de voz para el vídeo. Para que el sonido de las grabaciones no se viese afectado por el ruido de la clase, cada pareja de alumnos debía salir a grabar a un único ordenador mientras los demás permanecían en silencio escuchando y valorando. Esta recitación, al ser la definitiva para la grabación, requería haber practicado en casa, siguiendo las indicaciones que habíamos realizado en clase. No obstante, en algunos casos, los nervios obligaron a repetir algunas grabaciones.

Para terminar, dedicamos otras dos sesiones en el aula de informática para realizar el montaje final de los vídeos. Posteriormente, en el blog de aula se realizó una encuesta para valorar cuál de todos los vídeos realizados había gustado más a los alumnos. Aquí os dejo el vídeo ganador y el subcampeón (según el criterio de los alumnos), junto a los enlaces para poder ver el resto de vídeos (algunos especialmente recomendables).








TODOS LOS VÍDEOS EN NUESTRA CUENTA DE YOUTUBE (AL PRINCIPIO): http://www.youtube.com/user/enpiedelengua?feature=results_main

PS: También en 2º de ESO dedicamos algunas sesiones a la poesía. No resultó posible un trabajo tan a fondo como el de 1º de ESO, pero sí se realizaron propuestas interesantes. Por una parte, algunos se animaron con los caligramas a partir de poemas de diferentes épocas. Otros se animaron a escribir en sus cuadernos creaciones propias basándose en diferentes subgéneros poéticos. Finalmente, realizamos la lectura recitada de poemas de diferentes épocas elegidos por ellos y la grabamos para el blog. La calidad no es demasiado buena, pero la experiencia les sirvió para afrontar el miedo a las cámaras.

miércoles, 20 de junio de 2012

Los autorretratos (o cómo conocernos un poco más y mejor)

Desde que me incorporé a la labor docente de manera profesional, mi primera gran experiencia didáctica relacionada con la escritura surgió a partir de los textos descriptivos. 

Hasta entonces me había centrado bastante en el libro de texto y, aunque habíamos realizado alguna pequeña tarea de escritura, no había sido en las mejores condiciones, pues la había planteado en una sola sesión, a modo de examen y sin revisión posterior por parte de los alumnos. Había dejado de lado, quizá por la inseguridad de los inicios, mis aprendizajes sobre la escritura en el aula, que habían venido de la mano de Maxi de Diego y de mis lecturas sobre este tema en obras de Cassany, Lomas y algunos profes blogueros.

Sin embargo, decepcionado de mí mismo por el excesivo apego al manual y preocupado por la deriva que podían tomar mi carrera profesional y, sobre todo, mis ilusiones y expectativas educativas, decidí dar mis primeros pasos hacia el cambio educativo que desde tantos siglos atrás se ha venido promoviendo (ya por el XVII Comenio defendía aquello de "aprender haciendo") y empecé a complicarme un poco la vida en cuanto a horas invertidas en preparación de clases.

Así, surgió la idea de darle un poco de dinamismo al tema de la descripción y, basándome en diversos materiales compartidos en la red por excelentes docentes, di forma a una secuencia didáctica sobre la descripción, que culminaría en la escritura de un autorretrato (me parecía un tipo de texto bastante apropiado para un curso como 1º de la ESO, en el que se conocen nuevos compañeros y profesores, no solo como herramienta de conocimiento mutuo, sino también personal). Fue esta secuencia didáctica la que luego daría pie a la creación de mis blogs de aula en y de la ESO, con el fin de poder compartir en la red el trabajo llevado a cabo en el aula y que los alumnos encontrasen una recompensa al esfuerzo realizado a través de la publicación de sus autorretratos. A su vez, el blog se convertiría en el paso previo para comenzar a utilizar con frecuencia el aula de informática en mis horas de clase (algo que, no me digáis por qué, motiva mucho a todo el alumnado).

Como no podía ser de otra manera, esta primera propuesta un poco más seria vino acompañada de numerosos quebraderos de cabeza y de múltiples errores en el planteamiento (consecuencias achacables a la falta de experiencia). Así, una vez terminada, fui consciente de que había llevado a cabo un trabajo quizá excesivamente largo en cuanto a duración, pues nos ocupó alrededor de cuatro semanas (bien es cierto que aprovechamos no solo para trabajar la descripción sino también el adjetivo y algunas figuras literarias). Además, se me presentaron serias dificultades a la hora de realizar la valoración del trabajo realizado, a la hora de evaluar la escritura y establecer unos criterios claros y a la hora de acompañar a los alumnos en el proceso de escritura. En todos estos últimos aspectos, he de decir que aún sigo rompiéndome bastante los sesos (y creo que lo seguiré haciendo durante mucho tiempo). El tema de la evaluación y la mediación como docente en los procesos de aprendizaje de los alumnos me resulta extremadamente complejo y, aunque me han ayudado sobremanera las lecturas sobre el asunto en la red y fuera de ella, continúo siendo un mar de dudas a este respecto.

En cuanto al desarrollo de las sesiones, lo primero que hicimos fue introducirnos en el tema a través del excelente LIM sobre la descripción creado por el profesor Manuel Guerrero. Después, en las siguientes sesiones, entregué a los alumnos un documento con breves textos pertenecientes a los diferentes tipos de descripción para su análisis. Más tarde, introdujimos el trabajo sobre los adjetivos y lo relacionamos con algunos de los textos trabajados. El siguiente paso fue una entretenida tarea por grupos. Con una disposición en el aula adecuada para ello, cada miembro del grupo (formado por cuatro personas) disponía de una hoja en blanco y una imagen que yo había repartido previamente. La tarea consistía en ir describiendo las imágenes en rondas de dos o tres minutos e ir intercambiándolas con el compañero de al lado cuando yo daba la señal. Para ello, había que cumplir unos requisitos: por un lado, en cada ronda debían ceñirse al tipo de descripción indicado (topografía, prosopografía, etopeya o caricatura) y, por otro, al recurso literario correspondiente a dicha ronda (enumeración, metáfora, hipérbole o comparación). La actividad resulto muy dinámica y dio unos resultados muy sorprendentes. Tristemente, mi posterior corrección para poder publicar los resultados no fue correspondida con la consiguiente entrega de las versiones definitivas de los alumnos (muy poquitos se animaron) y los resultados no pudieron ser publicados. Precisamente, este aspecto de las segundas correcciones y las versiones definitivas es uno de los que me están resultando más difíciles, pues no consigo transmitirles la importancia de revisar bien su trabajo y ni siquiera yo tengo muy claro cómo organizar los tiempos de las correcciones, pues, generalmente, cuando les entrego los textos con indicaciones y errores marcados, ya estamos sumidos en otra secuencia didáctica y resulta difícil compaginarlo. Supongo que me queda mucho por delante para ir descubriendo mejoras y aprendiendo en este sentido.

Para terminar, como ya había señalado, dedicamos dos sesiones a la escritura de los autorretratos. Para organizar el trabajo tomé como referencia una reconocida webquest de Silvia González, aunque en nuestro caso los autorretratos los realizamos en prosa. Esta vez sí que conseguí que la mayoría devolviesen las versiones definitivas de sus autorretratos, si bien es cierto que no las entregaron el 100% de los alumnos (sí que habían hecho el primer borrador todos). Lo que tampoco me dejó convencido fue el método de corrección utilizado, pues creo que fue demasiado exhaustivo (y esto es algo que aún no he sabido mejorar) y me llevó más tiempo de la cuenta. De cualquier modo, los que os muestro a continuación fueron los resultados de esta actividad a la que creo que debo introducir numerosas mejoras en el futuro si decido repetir (algunos de los textos contenían fotos que los hacían más completos, pero decidí no subirlas a la red por cuidar la privacidad).


PS: En las próximas entradas trataré de ser más breve. Me cuesta resumir tantas impresiones, dudas y reflexiones sobre mis inicios como docente.

martes, 12 de junio de 2012

Primeros pasos

Mi nombre es Javier y soy un profesor de Lengua castellana y literatura en ciernes, recién estrenado en el desafiante mundo de la educación secundaria. Aunque parezca extraño, he llegado hasta aquí después de haber realizado el Bachillerato por Ciencias y tras licenciarme en Traducción e Interpretación. Los motivos de tal cambio de aires se fundamentan en que ninguna de las disciplinas científicas ni la propia carrera de idiomas lograron cautivarme por completo. Sí lo hizo, sin embargo, una formación para una profesión a la que he llegado casi por descarte, un poco por casualidad, un poco por no haber conseguido definir mi rumbo previamente: se trata de la Enseñanza, más en concreto, de la enseñanza de la Lengua castellana y la Literatura. 

Siempre había mantenido una especie de idilio académico con esta asignatura, de la que, no obstante, desconocía la infinidad de posibilidades didácticas y metodológicas que albergaba. En cambio, jamás me había planteado dedicarme a ella de manera profesional. Tuvo que ser la casualidad la que, cuando en septiembre de 2010 solicité plaza en el Máster de Formación del Profesorado de las diferentes universidades públicas madrileñas, me sorprendiera con la noticia de que en la UAH me admitían, pero por la especialidad de Lengua castellana y literatura. Me habían aceptado también en otras universidades mucho más cercanas a la zona donde vivía, pero debería cursar el posgrado por la rama de los idiomas. Tras pensarlo durante algunos días y a pesar de la distancia que me separaba de la facultad de Alcalá donde debía asistir a las clases (una hora y media de ida y otra de vuelta cada día), decidí optar por esa oportunidad que se me había presentado tan sorpresivamente. Hoy estoy convencido de que ha sido una de las decisiones más acertadas que he tomado a lo largo de mis días.

Sin embargo, no sería justo atribuirle todo el mérito de esta satisfacción con la decisión tomada a la simple casualidad, pues muchos han sido los nombres que me han llevado a sentir verdadera pasión por esta tarea tan difícil de mediar en el aprendizaje lingüístico y literario de jóvenes en plena formación.

En primer lugar, habría que nombrar a aquellas personas que en mi etapa de escolarización obligatoria me empezaron a hacer intuir que había en mí un resquicio aún no explorado en el que podría encontrar una motivación desconocida. Ya en la universidad, en una carrera con muchos puntos en común, pero también muchas diferencias con la lengua castellana y la literatura, me topé con otras personas que fueron reforzando en mi interior de manera imperceptible ese amor todavía no identificado (por encima de todos, Santiago Urbano). En medio de ese trayecto "traduttore, traditore" fue clave una estancia en Francia y un tipo que consiguió agrandar mi "pique" literario gracias a una verborrea que denotaba demasiados libros a sus espaldas. Sin embargo, mi travesía hacia la docencia lingüística y literaria alcanzó el clímax en el Máster de Formación del Profesorado, donde dos figuras fueron decisivas para convencerme de que había acertado en mi decisión: Joaquín Rubio y Maximino de Diego. El primero, porque es uno de esos hombres profundamente sabios y buenos de los que solo se puede aprender y a los que tan difícil es encontrar en una sociedad tan desgastada por los "productos estrella". Habría que añadir que es de esos hombres a los que podrías estar escuchando horas y horas sin perder entusiasmo, de esos pocos profesores capaces de transmitir hablando ellos solos. Además, porque también se podría decir que su persona es sinónimo de "literatura". El segundo, porque fue quien me mostró la senda de las metodologías "alternativas", es decir, esas que deberían ser las más frecuentes en las aulas y, sin embargo, siguen siendo bastante excepcionales hoy en día. Con su experiencia y sus recomendaciones, Maxi me abrió las puertas a un mundo didáctico hasta entonces bastante ignorado por mí, que me ha ido llevando desde aquel momento de unas lecturas a otras y me ha facilitado conocer infinidad de experiencias y consejos de otros docentes. Gracias a él llegué al que sin duda se ha convertido en uno de mis principales "ídolos" docentes, un pilar básico para cualquier docente de Lengua castellana y literatura. Hablo de Juan Sánchez-Enciso. Con él se inició un nuevo apartado en mi formación: el de esos hombres y mujeres a los que no tengo el placer de conocer, pero que han sido igualmente decisivos en mi vocación docente lingüística y literaria. Su obra (Con)vivir en la palabra se ha convertido en uno de mis libros de cabecera. Todo lo que se desprende de él es lo que espero que, antes o después, acabe impregnando mi labor docente (aunque sospecho que alcanzar su nivel será misión casi imposible). Con él, fueron llegando referencias a otros como Cassany, Pennac o Zayas y, después, el salto a los blogs, donde la cantidad de docentes dignos de admiración es innumerable: Antonio Solano, José Hernández, Silvia González y muchísimos más. Sin embargo, con el debido respeto a todos ellos, sobresale para mí un nombre: el de Lourdes Domenech. La experiencia compartida por esta profesora me produce auténtica fascinación por su calidad y su creatividad.

En resumidas cuentas, siempre hay nombres que son más decisivos que otros para que uno tome ciertas decisiones y adquiera ciertas perspectivas profesionales y vitales y los que he destacado han sido indudablemente algunos de ellos. Probablemente, me deje en el camino muchos otros que hayan sido también fundamentales (y quizá yo no haya sido tan consciente de ello), pero la memoria siempre es algo injusta. No puedo terminar, sin embargo, sin citar otros muchos nombres que, aunque no de manera tan directa, también me han traído hasta aquí, pues más que en mi vocación docente han sido determinantes en mi vida, en lo que soy hoy en día (y como lo uno no puede ir separado de lo otro...). Hablo, por supuesto, de mis padres, mi hermana y el resto de mi familia y de tantos y tantos amigos y amigas (de León, de Otero de Curueño, de Madrid, del cole, de la carrera, de la resi, del Erasmus, del Máster...) a los que no sería justo citar de manera individual, pues podría caer en el error de dejar fuera de la lista a alguno de los importantes por mero despiste.

Finalmente, no habría podido llegar a todas estas conclusiones todavía si el pasado verano no me hubieran brindado la posibilidad de comenzar el primer capítulo de mi aventura docente en un colegio del centro de Madrid, de nombre María Inmaculada. Gracias a esta oportunidad, he podido convencerme plenamente de todas las impresiones y sensaciones que albergaba sobre la docencia y, sobre todo, he podido empezar a poner en práctica tantos y tantos aprendizajes. Es en el día a día donde empiezas a medir las posibilidades de lo que has ido aprendiendo, donde te das cuenta de tus carencias, pero también de tus progresos y donde realmente aprendes a SER. A ser en el más amplio sentido del verbo, porque la experiencia humana que se vive a pie de aula no tiene parangón. Y todo gracias a esas personas que se sientan enfrente de ti. Ellos son la auténtica razón de ser de la enseñanza. Por ellos está uno donde está, porque ser profesor es una entrega y un aprendizaje compartido. Por eso, es a mis alumnos a los que quiero terminar atribuyendo mi amor por la docencia, porque son ellos y ellas, a pesar de todas las dificultades que surgen cada día, los responsables finales de que en esta primera entrada del blog diga todas estas cosas*.

¿A qué viene todo esto?

No estoy seguro de que fuese necesaria toda la introducción anterior (salvo por las menciones a quienes me empujaron por este sendero de las palabras), ya que, al fin y al cabo, si hoy me incorporo a la blogosfera no es para soltar una retahíla sobre mis vaivenes vitales, sino para compartir parte del trabajo que llevo a cabo en el aula, parte de mis miedos e inquietudes como docente, parte de mis muchas dudas por resolver en este mundillo y parte de mis aprendizajes diarios, es decir, que este blog solo trata de unirse como uno más a los numerosos blogs docentes que pueblan la red, tan variados y tan ricos en conocimientos, experiencias y propuestas. No tengo, por lo tanto, ninguna pretensión mayor que la de convertir esta bitácora en un vía de comunicación y generosidad docente que me permita APRENDER, que es el único objetivo real por el que se origina esta andadura que no sé por dónde me llevará, hacia dónde ni hasta cuándo.

Sea lo que sea, aquí da comienzo una aventura a la que, tras mucho exprimirme el cerebro, he decidido bautizar como En pie de lengua (se puede observar que aunque me exprima mucho el cerebro, las naranjas que hay en él tienen no tienen demasiado zumo). Con este título trato de transmitir la importancia de una asignatura como la nuestra para defender siempre la palabra como la única arma de la que valernos ante cualquier adversidad que se nos presente, es decir, pretendo reflejar mi convicción de que debemos estar siempre preparados para combatir usando exclusivamente la lengua, de que debemos estar por tanto en pie de lengua, más que en pie de guerra, tanto en el aula, como en la vida (como diría Sabina: «que el diccionario detenga las balas»).

Poco más puedo añadir para empezar. Gracias por vuestra paciencia y consideración a los que habéis aguantado leyendo hasta el final y bienvenidos.


*Pido disculpas por haber convertido la anterior parrafada en algo parecido a la recepción de un premio en la que no te puedes dejar en el tintero a nadie.