miércoles, 20 de junio de 2012

Los autorretratos (o cómo conocernos un poco más y mejor)

Desde que me incorporé a la labor docente de manera profesional, mi primera gran experiencia didáctica relacionada con la escritura surgió a partir de los textos descriptivos. 

Hasta entonces me había centrado bastante en el libro de texto y, aunque habíamos realizado alguna pequeña tarea de escritura, no había sido en las mejores condiciones, pues la había planteado en una sola sesión, a modo de examen y sin revisión posterior por parte de los alumnos. Había dejado de lado, quizá por la inseguridad de los inicios, mis aprendizajes sobre la escritura en el aula, que habían venido de la mano de Maxi de Diego y de mis lecturas sobre este tema en obras de Cassany, Lomas y algunos profes blogueros.

Sin embargo, decepcionado de mí mismo por el excesivo apego al manual y preocupado por la deriva que podían tomar mi carrera profesional y, sobre todo, mis ilusiones y expectativas educativas, decidí dar mis primeros pasos hacia el cambio educativo que desde tantos siglos atrás se ha venido promoviendo (ya por el XVII Comenio defendía aquello de "aprender haciendo") y empecé a complicarme un poco la vida en cuanto a horas invertidas en preparación de clases.

Así, surgió la idea de darle un poco de dinamismo al tema de la descripción y, basándome en diversos materiales compartidos en la red por excelentes docentes, di forma a una secuencia didáctica sobre la descripción, que culminaría en la escritura de un autorretrato (me parecía un tipo de texto bastante apropiado para un curso como 1º de la ESO, en el que se conocen nuevos compañeros y profesores, no solo como herramienta de conocimiento mutuo, sino también personal). Fue esta secuencia didáctica la que luego daría pie a la creación de mis blogs de aula en y de la ESO, con el fin de poder compartir en la red el trabajo llevado a cabo en el aula y que los alumnos encontrasen una recompensa al esfuerzo realizado a través de la publicación de sus autorretratos. A su vez, el blog se convertiría en el paso previo para comenzar a utilizar con frecuencia el aula de informática en mis horas de clase (algo que, no me digáis por qué, motiva mucho a todo el alumnado).

Como no podía ser de otra manera, esta primera propuesta un poco más seria vino acompañada de numerosos quebraderos de cabeza y de múltiples errores en el planteamiento (consecuencias achacables a la falta de experiencia). Así, una vez terminada, fui consciente de que había llevado a cabo un trabajo quizá excesivamente largo en cuanto a duración, pues nos ocupó alrededor de cuatro semanas (bien es cierto que aprovechamos no solo para trabajar la descripción sino también el adjetivo y algunas figuras literarias). Además, se me presentaron serias dificultades a la hora de realizar la valoración del trabajo realizado, a la hora de evaluar la escritura y establecer unos criterios claros y a la hora de acompañar a los alumnos en el proceso de escritura. En todos estos últimos aspectos, he de decir que aún sigo rompiéndome bastante los sesos (y creo que lo seguiré haciendo durante mucho tiempo). El tema de la evaluación y la mediación como docente en los procesos de aprendizaje de los alumnos me resulta extremadamente complejo y, aunque me han ayudado sobremanera las lecturas sobre el asunto en la red y fuera de ella, continúo siendo un mar de dudas a este respecto.

En cuanto al desarrollo de las sesiones, lo primero que hicimos fue introducirnos en el tema a través del excelente LIM sobre la descripción creado por el profesor Manuel Guerrero. Después, en las siguientes sesiones, entregué a los alumnos un documento con breves textos pertenecientes a los diferentes tipos de descripción para su análisis. Más tarde, introdujimos el trabajo sobre los adjetivos y lo relacionamos con algunos de los textos trabajados. El siguiente paso fue una entretenida tarea por grupos. Con una disposición en el aula adecuada para ello, cada miembro del grupo (formado por cuatro personas) disponía de una hoja en blanco y una imagen que yo había repartido previamente. La tarea consistía en ir describiendo las imágenes en rondas de dos o tres minutos e ir intercambiándolas con el compañero de al lado cuando yo daba la señal. Para ello, había que cumplir unos requisitos: por un lado, en cada ronda debían ceñirse al tipo de descripción indicado (topografía, prosopografía, etopeya o caricatura) y, por otro, al recurso literario correspondiente a dicha ronda (enumeración, metáfora, hipérbole o comparación). La actividad resulto muy dinámica y dio unos resultados muy sorprendentes. Tristemente, mi posterior corrección para poder publicar los resultados no fue correspondida con la consiguiente entrega de las versiones definitivas de los alumnos (muy poquitos se animaron) y los resultados no pudieron ser publicados. Precisamente, este aspecto de las segundas correcciones y las versiones definitivas es uno de los que me están resultando más difíciles, pues no consigo transmitirles la importancia de revisar bien su trabajo y ni siquiera yo tengo muy claro cómo organizar los tiempos de las correcciones, pues, generalmente, cuando les entrego los textos con indicaciones y errores marcados, ya estamos sumidos en otra secuencia didáctica y resulta difícil compaginarlo. Supongo que me queda mucho por delante para ir descubriendo mejoras y aprendiendo en este sentido.

Para terminar, como ya había señalado, dedicamos dos sesiones a la escritura de los autorretratos. Para organizar el trabajo tomé como referencia una reconocida webquest de Silvia González, aunque en nuestro caso los autorretratos los realizamos en prosa. Esta vez sí que conseguí que la mayoría devolviesen las versiones definitivas de sus autorretratos, si bien es cierto que no las entregaron el 100% de los alumnos (sí que habían hecho el primer borrador todos). Lo que tampoco me dejó convencido fue el método de corrección utilizado, pues creo que fue demasiado exhaustivo (y esto es algo que aún no he sabido mejorar) y me llevó más tiempo de la cuenta. De cualquier modo, los que os muestro a continuación fueron los resultados de esta actividad a la que creo que debo introducir numerosas mejoras en el futuro si decido repetir (algunos de los textos contenían fotos que los hacían más completos, pero decidí no subirlas a la red por cuidar la privacidad).


PS: En las próximas entradas trataré de ser más breve. Me cuesta resumir tantas impresiones, dudas y reflexiones sobre mis inicios como docente.

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