Como ya temía cuando me embarqué en esta travesía bloguera, me cuesta horrores encontrar algún hueco para escribir aquí. Llevaba con la idea desde el primer domingo de mes, justo antes de la vuelta al cole, pero los preparativos académicos del curso que va a comenzar, como ya sospechaba que iba a suceder, me han tenido y me tienen totalmente absorbido. De hecho, prefiero no pensar que el miércoles empiezo ya con mis chicas y chicos (aunque a la vez me muera de ganas), más que nada por la cantidad de material que aún me queda por preparar para este comienzo. En todo caso, quizá por miedo a que este proyecto que tanta ilusión me hace caiga en saco roto casi al poco de nacer, me he decidido a elaborar esta primera entrada del curso 2012-2013, en la que hablaré de lo que han sido y están siendo los preparativos de esta nueva aventura.
Durante la primera semana de trabajo me he estado dedicando a renovar mis dos blogs de aula de Lengua castellana y literatura (lo cual me ha impedido centrarme demasiado en la programación de las clases). Hasta ahora estos espacios se limitaban a las entradas y las etiquetas, pero conociendo los excelentes blogs que circulan por la red, no podía dejar pasar la oportunidad de actualizarlos y mejorarlos. No he dudado en tomar ideas de otros profesores (e incluso copiar algunas directamente) tanto para el diseño del blog como para los contenidos puestos a disposición de los alumnos. Espero que Inés Andrés, Alberto García, Silvia González, Lourdes Domenech, Aitor Lázpita, Antonio Solano o José Hernández, entre otros y otras, acepten de buen grado mi apropiación de algunas de sus ideas para mis blogs y tengan a bien recibir mi gratitud por su generosidad.
Sin embargo, los preparativos para este curso no han comenzado ahora en septiembre con esto que cuento de los blogs, sino que vienen del mes de julio, cuando estuve nutriéndome de excelentes ideas de otros profesores y organizando el planteamiento general del curso a la vez que iba esbozando propuestas de tareas y proyectos que podrían salir adelante este curso. Luego, en agosto, aunque fue un mes de mayor desconexión, relajación y ociosidad, no dejé del todo la labor formativa y empecé a saldar una cuenta pendiente desde que se inició el curso anterior: la de la literatura juvenil. Tenía (y aún tengo) una carencia importante a este respecto, pues en los últimos años no he sido muy asiduo a este tipo de literatura, como tampoco lo fui en los años en los que me correspondía por edad (pero de mis gustos literarios y el origen de mi afición a la lectura ya hablaré en otro post). De ahí que haya sido un placer haberme empapado de tantos libros de los que oía hablar a otros profes, pero que yo aún no había disfrutado: Abdel, Rebeldes, Pomelo y limón, El medallón perdido, El retrato de Carlota, Cuando Hitler robó el conejo rosa, Manzanas Rojas, Todos los detectives se llaman Flanagan... Especialmente impresionado me han dejado El señor de las moscas y Balzac y la joven costurera china, obras que ya se apartan más de la etiqueta de literatura juvenil, pero que son recomendables para alumnos con un cierto hábito, unos ciertos gustos y una cierta madurez (para mis primeros y segundos no las contemplo aún). En cualquier caso, lo que me interesa es haberme iniciado en condiciones en este terreno y poder empezar a recomendar a mis alumnos lecturas con conocimiento de causa. Además, espero poder llevar al aula como lectura del curso alguna de las obras por las que me he paseado este verano.
Por otra parte, en lo que concierne a los preparativos de las primeras clases, debo reconocer que aún no tengo del todo claro cómo y con qué voy a empezar. Son muchas las ideas que rondan mi cabeza, pero aún no me acabo de decantar por ninguna (ya daré cuentas más adelante de aquello por lo que haya optado al final). Sin embargo, he de reconocer que probablemente no le habría dado más importancia al cómo empezar, de no haber sido por la lectura de una excelente entrada en el blog de Inés Andrés. En mi primer año como docente no me había planteado la importancia que podía tener ese primer contacto didáctico con los alumnos (evidentemente sí era consciente de la importancia del primer contacto personal con ellos), pero gracias a la aportación de esta profesora, me he dado cuenta de que puede ser muy beneficioso para la marcha de la clase empezar con alguna actividad de presentación que no se limite al típico momento de preguntar los nombres a los alumnos y, a lo sumo, pedirles que digan un par de cosas sobre ellos a los demás. Por ello, trataré de llevar a cabo alguna actividad que pueda resultar motivadora y empezar a engancharles a la asignatura desde el principio.
Por otra parte, en lo que concierne a los preparativos de las primeras clases, debo reconocer que aún no tengo del todo claro cómo y con qué voy a empezar. Son muchas las ideas que rondan mi cabeza, pero aún no me acabo de decantar por ninguna (ya daré cuentas más adelante de aquello por lo que haya optado al final). Sin embargo, he de reconocer que probablemente no le habría dado más importancia al cómo empezar, de no haber sido por la lectura de una excelente entrada en el blog de Inés Andrés. En mi primer año como docente no me había planteado la importancia que podía tener ese primer contacto didáctico con los alumnos (evidentemente sí era consciente de la importancia del primer contacto personal con ellos), pero gracias a la aportación de esta profesora, me he dado cuenta de que puede ser muy beneficioso para la marcha de la clase empezar con alguna actividad de presentación que no se limite al típico momento de preguntar los nombres a los alumnos y, a lo sumo, pedirles que digan un par de cosas sobre ellos a los demás. Por ello, trataré de llevar a cabo alguna actividad que pueda resultar motivadora y empezar a engancharles a la asignatura desde el principio.
Como se puede inferir de todo lo anterior, me gusta mi trabajo (me apasiona) y me siento afortunado de poder ejercerlo y, por ello, empiezo el curso cargado de ilusión y con muchos propósitos. Podría ponerme a enumerarlos aquí, pero desde que los profes hemos vuelto al tajo no he parado de leer ya buenas intenciones para este curso y me parece inútil elaborar una lista propia habiéndome topado con una presentación tan magnífica como la de Aitor Lázpita, que resume a la perfección esos propósitos que algunos docentes tenemos (aunque seguramente no lo habríamos sabido traducir tan bien en palabras) y que, yo, en la medida de mis posibilidades, también querría aplicarme en este nuevo curso. Por ello, me ahorro elaborar mi propia lista y suscribo la de este profe:
Para despedir esta entrada y en relación con lo anterior, hago mía una cita del último libro que estoy leyendo (al que también he llegado a través de la innumerable lista de libros recomendables para jóvenes de que dispongo), El otro barrio, de Elvira Lindo, que transmite (la cita), al fin y al cabo, una manera de entender la enseñanza con la que me siento identificado: la de no encasillar ni etiquetar, más allá de las conductas comunes en muchos adolescentes, la de tratar de conocer a cada alumno, la de aprender con cada uno de ellos.
"Uno piensa que se puede hacer una clasificación de
las personas por el comportamiento. Los psicólogos lo hacen y recomiendan tal
trato o tal actitud con cierto chaval. Pero él sabe que no. Lo único que le
dice la experiencia es que los actos se repiten pero las personas no. Uno tiene
que aprender con cada chico que llega al centro como si no supiera nada."
Esto último es lo que espero conseguir este curso.
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PS: Desde aquí quiero aprovechar también para transmitir mi apoyo y mucho ánimo a extraordinarios docentes de la talla de la mencionada Inés Andrés, María José Chordá o Alberto García, que, entre muchos otros, aún no saben si podrán ejercer su profesión este curso. Es lamentable que un país como este se permita prescindir de docentes como ellos, que hacen tanto por la educación, que son tan generosos y de los que se aprende tanto (y digo todo esto sin conocerlos personalmente, me basta conocer su trabajo compartido en la red y haber mejorado mi formación con sus aportaciones para saber que son de los que hacen mucha falta en nuestras aulas). Solo espero que pronto haya un grupo de alumnos que se puedan beneficiar de vuestra labor. ¡Suerte!
Gracias por tus palabras, Javier.
ResponderEliminarEs un placer leerte. Tu blog desprende entusiasmo por esta profesión. Mucha suerte en el curso que ahora comienza.
Un abrazo.
Genial la entrada. Así estamos todos,iniciando una nueva mudanza y con todo por hacer. Pero siempre es gratificante descubrir que uno no está solo. Un abrazo y suerte. Nos leeremos.
ResponderEliminarMaru
Gracias a ti Aitor y mucha suerte también en este nuevo curso. Hasta este verano desconocía tus blogs y tu trabajo y estoy realmente impresionado. Me ha encantado el planteamiento por proyectos que has llevado a cabo con tus alumnos de este año. Creo que he visto pocas propuestas que lleguen a trabajar tan bien la formación ciudadana de los alumnos. Y también he encontrado excelentes ideas en tu trabajo de cursos anteriores (seguramente te robe alguna para adaptarla). Estaré muy pendiente este año para seguir disfrutando de tus aportaciones y de los excelentes textos que escribes en tu blog. Un abrazo
ResponderEliminarMaru, muchas gracias por tu comentario (siempre son tan positivos que suben la moral :)). También te deseo mucha suerte en este comienzo y como tú dices, nos leemos.
Espero que la interacción sea fluida y que podamos compartir experiencias interesantes. Un saludo.
ResponderEliminarJavier, somos un colectivo que se nutre y alimenta. Bienvenido.
ResponderEliminarGracias Toni. Espero poder aportar alguna experiencia de cosecha propia de interés a lo largo del curso y, por supuesto, me seguiré nutriendo de las tuyas .
ResponderEliminarLu, comparto tu apreciación, aunque habría que matizar que algunos alimentáis mucho más y, sobre todo, mucho mejor que otros.
Un saludo a los dos y ojalá pueda ir a veros al CITA.
Javier, llevo meses teniendo pendiente dejarte un comentario en el blog. Te descubrí en Twitter gracias a Toni y he ido leyendo tu blog poco a poco. Estás haciendo muy buen trabajo.
ResponderEliminarNi te imaginas lo mucho que me identifico contigo en muchos de los sentimientos que transmites, como profe que aun se considera novata en este mundillo TIC.
Yo siempre tengo la sensación de que le debo mucho a todos esos compañeros de los que aprendo cada día y a los que apenas les devuelvo nada. Me alegra ver que os he ayudado a algunos con esa entrada a la que te refieres en tu post.
Y no sabes lo mucho que agradezco ese párrafo final con ánimos y buenos deseos para los que a día de hoy estamos fuera de las aulas.
Un abrazo, compañero. Seguimos en contacto.
Gracias a ti por tus palabras Inés.
ResponderEliminarComo te decía por Twitter, me siento halagado por una parte y, por otra, muy contento de que mi trabajo y el de mis alumnos sirvan a otros profes y con tanto entusiasmo como tú.
ResponderEliminarNos leemos.
No es más que un reconocimiento a una labor encomiable. Seguimos en contacto.
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